¿Te duele la espalda y sientes un dolor agudo que baja por la pierna hasta el pie? ¡Quizás sufres de ciática!
La ciática es uno de los problemas de salud más comunes tratados por los quiroprácticos. ¿Qué tan efectiva es la quiropráctica en esta condición? Sigue leyendo para saber más sobre la causa de la ciática y cómo el enfoque quiropráctico puede ayudarte.
¿Qué es la ciática?
La ciática es un dolor que se irradia desde las nalgas hasta la parte posterior de la pierna. En muchos casos, este dolor también puede invadir la planta del pie. El dolor ciático suele ser de naturaleza aguda o ardiente. Con frecuencia, la ciática va acompañada de molestias en la parte baja de la espalda, aunque puede ocurrir en personas que no tienen antecedentes de dolor de espalda. Las diversas causas posibles de la aparición de los síntomas son el estrés de torsión en los discos, y la mala postura repetida. Contrariamente a la creencia popular, la ciática del disco es la prerrogativa del joven sujeto. En efecto, se observa un pico de frecuencia a la edad de 42 años, período durante el cual los sujetos siguen teniendo una vida activa intensa pero en el que aparecen signos de debilidad del disco.
¿Qué es el nervio ciático?
El nervio ciático es una confluencia de tejido nervioso que emerge de la médula espinal en la parte baja de la espalda. Después de separarse de la médula espinal, el tejido nervioso (raíces nerviosas) emerge entre las vértebras. Luego convergen para formar el nervio ciático. El nervio ciático así formado pasa a través de una abertura ósea en la pelvis y bajo los músculos de las nalgas. Justo encima de la rodilla, el nervio ciático se divide en dos: el nervio poplíteo medio y el poplíteo lateral. El nervio poplíteo medial continúa a lo largo de la pantorrilla y en la planta del pie, mientras que el nervio medial inerva la parte delantera de la pierna.
¿Qué causa la ciática?
La ciática se desencadena por la compresión del nervio ciático. Esta compresión a menudo se produce en el punto cercano a la columna vertebral donde se forma el nervio. En la gran mayoría de los casos, la ciática es el resultado de una hernia de disco que comprime directamente el nervio en el agujero de conjugación, el lugar específico donde el nervio emerge entre dos vértebras. Los músculos tensos o hinchados en las nalgas también pueden restringir el nervio. Con menos frecuencia, el nervio ciático puede estar comprimido por un proceso osteoartrítico o, aún más raramente, ser el resultado de una enfermedad vertebral grave subyacente como un tumor o un proceso de enfermedad reumática.
Resumen de las causas :
– Hernia de disco. Esta es la causa más común de ciática en adultos jóvenes. Se refiere a la protuberancia anormal del disco intervertebral (disco cartilaginoso situado entre dos vértebras y que actúa como amortiguador de las mismas). El disco comprime la raíz del nervio que emerge entre la cuarta y la quinta vértebra lumbar y/o la que se encuentra entre la quinta vértebra lumbar y la primera vértebra sacra. La compresión del nervio causa una reacción inflamatoria: la osteoartritis vertebral. Se ve más a menudo después de los 50 años. Es una articulación envejecida que se caracteriza por un engrosamiento del borde vertebral, que puede ser deformado por los osteofitos (crecimientos óseos en las puntas de los huesos, también conocidos como «picos de loro»). Cambios como el pellizco, la compresión vertebral o los osteofitos pueden irritar el nervio ciático.
– Una disminución del diámetro del canal espinal lumbar (el túnel formado por la pila de vértebras en el que se encuentra la médula espinal).
– Una espondilolistesis que corresponde a un desplazamiento hacia adelante de la cuarta vértebra lumbar en la quinta vértebra lumbar, o de la quinta vértebra lumbar en la primera vértebra sacra. Se debe a un trauma o es de origen congénito.
– Una fractura de la pelvis.
– Una fractura vertebral.
– Una dislocación de la cadera.
– Espondilitis infecciosa (tuberculosis, infección por estafilococos).
– Osteoporosis (desmineralización ósea), que se produce especialmente después de la menopausia y se refleja en las radiografías por el aumento de la transparencia del tejido óseo y la compresión de las vértebras.
– Espondilitismo anquilosante. Se caracteriza por una columna vertebral rígida e inflexible y por contracciones musculares. La columna vertebral está deformada por una acentuación de la lordosis lumbar («riñón hueco») y una cifosis dorsal agravada (joroba en la espalda).
– Tumor localizado en la pelvis, tumor óseo de una vértebra (metástasis del cáncer), tumor de una raíz del propio nervio ciático: causas extremadamente raras de ciática.
¿Qué investigaciones apoyan el uso de la quiropráctica para la ciática?
La evidencia científica apoya el uso de la quiropráctica para el alivio del dolor ciático. A continuación se presentan algunos ejemplos de esta investigación en revistas internacionales.
Los investigadores del Hospital de la Real Universidad de Saskatchewan hicieron un seguimiento de 50 personas con dolor ciático causado por una hernia de disco. Una gran mayoría del 90% de los pacientes encontró alivio con el cuidado quiropráctico y el 75% de los pacientes que reportaron menos dolor también mostraron mejoras en las pruebas ortopédicas (J Manipulative Physiol Ther, 1995; 18:335-42).
Ya en 1983, los científicos habían realizado investigaciones sobre el dolor lumbar y la ciática y descubrieron que el tratamiento quiropráctico era eficaz en este caso. Se observó una mejora significativa después del tratamiento, tanto en lo que respecta al dolor como a la discapacidad. (Journal Manipulative Physiol Ther, 1983; 6:117-28).
La evidencia científica sugiere que un programa de cuidado conservador que incluya la manipulación de la columna vertebral (ajuste quiropráctico) debe completarse antes de considerar una consulta quirúrgica» (Journal Manipulative Physiol Ther, 1998; 21:288-94).
Los investigadores recogieron datos sobre 576 casos de dolor de espalda baja y/o ciático. En general, los pacientes lograron por lo menos una reducción del 50% de los síntomas en menos de 19 visitas al quiropráctico (Journal Manipulative Physiol Ther, 1994; 7).
En un reciente estudio controlado de 40 pacientes con ciática (debido a hernias de disco), se determinó que el tratamiento quiropráctico era más eficaz después de unas pocas semanas que la terapia farmacológica convencional para relajar el núcleo pulposo. Sin embargo, después de 12 meses, ambos tratamientos fueron igualmente efectivos. Los autores llegan a la conclusión de que se debe preferir el tratamiento quiropráctico, que es menos invasivo y menos costoso. En una revisión de casos (59 pacientes que sufrían de ciática debido a una hernia), el 90% de los pacientes informaron de una mejora de su condición con el tratamiento quiropráctico. En un estudio de subgrupos, el 75% de los pacientes informaron de una mejora en los síntomas de la enfermedad.
¿Cómo alivian los quiroprácticos el dolor ciático?
Los quiroprácticos tienen un enfoque específico para aliviar el dolor ciático.
En primer lugar, tu quiropráctico hará un diagnóstico preciso estableciendo el origen exacto de sus problemas. En particular, distinguirá entre la llamada ciática mecánica, que suele estar relacionada con una hernia de disco o un proceso osteoartrósico de una patología vertebral subyacente grave (síndrome de la cola de caballo, cáncer, infección, reumatismo inflamatorio, etc.) que requeriría que el paciente fuera remitido a un especialista médico.
Exámenes y análisis adicionales.
Entre las pruebas biológicas, la tasa de sedimentación es normal, lo que elimina una condición inflamatoria.
Los rayos X muestran el pellizco del disco entre la 4ª y 5ª vértebra lumbar (L4/L5) o la 5ª vértebra lumbar y la 1ª vértebra sacra (L5/S1). El pellizco puede ser unilateral o reemplazado por un bostezo posterior y/o lateral. A veces las imágenes de la columna lumbar son normales.
En algunos casos se puede solicitar una tomografía computarizada (TC), especialmente si el nervio muestra un déficit significativo o progresivo.
El quiropráctico hará una evaluación precisa del impacto de tu ciática en su salud general. En particular, evaluará la importancia de la compresión y sus repercusiones en tu nervio. En esta perspectiva, se realizarán varias pruebas relativas a la sensibilidad de tu piel, tu fuerza y tus reflejos. A través de una evaluación global, el quiropráctico también evaluará las repercusiones de este dolor en los gestos de la vida diaria y las incapacidades resultantes para tu actividad profesional. Según los casos y la importancia del síndrome inflamatorio, el quiropráctico remitirá al paciente a un tratamiento médico complementario.
Tratamientos
Tu quiropráctico trabajará para corregir la fuente de su dolor. Finalmente, tu quiropráctico trabajará para prevenir una recaída ayudándote a alcanzar una salud óptima. Para ello, la mayoría de los quiroprácticos usan maniobras suaves y seguras llamadas ajustes quiroprácticos. También utilizan técnicas específicas, llamadas de distracción y flexión, que implican estirar la articulación segmentada para presurizar el disco y descomprimir el nervio.
Además, tu quiropráctico puede sugerirte ejercicios, cambios en la dieta y en la ergonomía para acelerar su recuperación.
Medidas de precaución.
– Descansa un poco, pero no te quedes inactivo por mucho tiempo. Estar acostado en la cama durante varios días no acelera la curación y probablemente tiene efectos nocivos a largo plazo.
– Para dormir, usa un colchón firme y acuéstate de lado o de espaldas. Es mejor dormir con una almohada entre las rodillas y otra bajo la cabeza.
– El calor ayuda a relajar los músculos doloridos. Aplicando una fuente de calor varias veces al día (una almohadilla térmica, una manta eléctrica, un secador de pelo o agua caliente para el baño) se reduce el dolor.
En el siguiente artículo os enseñaremos ejercicios que se pueden hacer en casa para recudir los dolores causados por la ciática. ¡Estad atentos!
¿Te duele? Ponte en contacto con Tantae Quiropráctica al 606 81 75 91 y realiza consulta.